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Tres años de regulación de la escalada en Cuenca. Entrevista a Dani Balbuena

La regulación de la apertura de nuevas vías en las hoces de Cuenca por parte de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha (mediante el Comité de Equipamientos y en colaboración con Medio Ambiente) comenzó en enero de 2016. Paralelamente, miembros del Colectivo Escaladores Cuenca ponen en marcha la iniciativa de señalizar temporalmente con placas las vías en las que se detecta nidificación.

Hablamos largo y tendido con Daniel Balbuena –escalador asiduo de las hoces, miembro del CEC, socio de Escalada Sostenible y uno de los impulsores de la regulación– sobre cómo surge la iniciativa, cómo se articulan las medidas (en ocasiones no entendidas y criticadas, tanto por escaladores como por colectivos conservacionistas) y su valoración después de tres años.

Dani, ¿cuándo comienza a regularse la escalada en Cuenca?

La regulación de la apertura de nuevas vías por parte de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla la Mancha (mediante el Comité de Equipamientos) comienza en enero de 2016, cuando se vuelve patente la necesidad de limitar y ordenar adecuadamente las nuevas (y cada vez menos) aperturas, en pro de una escuela de escalada más sostenible y acorde a las dimensiones de las hoces. Hay que recordar el aumento exponencial del número de escaladores en las paredes estos últimos años así cómo la proliferación de locales de escalada en las grandes ciudades (aproximadamente 30 nuevos centros de escalada desde 2015 en España).

¿Cómo y por qué se implican los escaladores en esta regulación?

Los escaladores nos implicamos desde el primer momento (por la cuenta que nos trae) y la Federación de Deportes de Montaña de Castilla la Mancha nos ha brindado la oportunidad de ir de la mano con ella en todo este proceso. Se han celebrado varias reuniones en las que hemos hecho un llamamiento a la comunidad de escaladores para que todos pudiéramos aportar ideas e impresiones en un proceso participativo y abierto.

Es cierto que tiempo atrás los escaladores y escaladoras nos hemos sentido abandonados a nuestra suerte por las federaciones de montaña, pero hay que decir que en este proceso de diálogo con la Administración para conseguir una zona de escalada ordenada, de calidad y duradera (no prohibicionista, sino reguladora), esta Federación (y su presidente, Carlos Ortega) ha realizado un trabajo muy positivo y se está esforzando por mejorar y afianzar la escalada en Cuenca mediante diversos proyectos e iniciativas.

Hay críticas sobre la “autorregulación “ de los escaladores en las hoces, ¿es realmente una autorregulación?

Hay que decir que es la Consejería de Medio ambiente, Agricultura y Desarrollo Rural la que posee las competencias en esta materia, por lo que ya se parte de una base normativa y es esta la que impone la regulación (Ley 9/99 de Conservación de la Naturaleza en CLM). Los agentes medioambientales y el Seprona son los encargados de vigilar y custodiar el patrimonio natural, ya sea en forma de espacios naturales protegidos o concretamente de la fauna o flora catalogada o amenazada.

Nuestra autorregulación, lógicamente, no suplanta la regulación de la Consejería o la del Ayuntamiento, lo que hace es un trabajo de base muy importante, en la que la Administración delega cierta potestad en la Federación de Deportes de Montaña a la hora de gestionar y de buscar un interlocutor válido para llevar al terreno esta ordenación. La Federación de Deportes de Montaña, según la Ley de Actividad Física y el Deporte de CLM, asume la reglamentación de esta modalidad deportiva, actuando como agente colaborador, ejerciendo una función pública por delegación de la Junta de Comunidades de CLM. Esto es importante. Por ello, la “autorregulación” en Cuenca parte de la Federación (y apoyada por Escalada Sostenible), y a los escaladores se nos ha brindado la oportunidad de participar. Se espera a corto plazo un documento oficial (regional) en el que la Junta de Comunidades de CLM regule la escalada, y aquí es donde debemos estar defendiendo nuestro derecho a escalar en la naturaleza.

¿Explícanos cómo se coordina el Ayuntamiento, colectivo local de escaladores y Medio Ambiente a la hora de tomar decisiones sobre cerrar vías o sectores?

En los casos en los que se ha cerrado un sector completo a la escalada, como Piscinas (por nidificación, de 2007 a 2014) es la Consejería la que toma esta decisión basándose en criterios técnicos, ambientales y medidas excepcionales de protección. El Ayuntamiento aún no ha desarrollado una normativa que regule eficazmente nuestra actividad, únicamente consta en una ordenanza municipal de 2009 y esta no tiene una articulación real sobre el terreno, además no contempla el elevado número de rutas nuevas que existen desde aquellos descoloridos croquis que aún hoy se facilitan en el Centro de Visitantes de la ciudad.

Hay que resaltar la comprometida labor de Escalada Sostenible en todo este proceso (y en muchos otros de diversas zonas de escalada de todo el país, no sólo en la zona centro), ya que ha sido esta asociación junto con la Federación y el colectivo local, los que hemos venido mantenimiento reuniones periódicas con la Administración que han posibilitado que esta pueda dirigirse y dialogar con los escaladores. De ahí que sea de vital importancia tanto asociarse a Escalada Sostenible como Federarse. Nuestra Asociación consiguió levantar la restricción de Piscinas tras siete años de prohibición y de constatar que tal restricción carecía de sentido teniendo en cuenta que no hubo nidificación los últimos años.

La Administración nos convocó a una reunión este año 2018 para informarnos de que se establecían varias zonas de reserva, en donde el equipamiento permanece actualmente prohibido. ¿Por qué? Muy sencillo: las hoces de Cuenca son finitas (como el petróleo) y es necesario establecer estas “zonas de tranquilidad” para salvaguardar los ecosistemas, no podemos parabolizar todas la hoces, los equipadores somos gente muy activa y si no se establecen estas zonas, la Administración podría optar por prohibir debido a la incapacidad de gestionar nuestra actividad (y estaríamos dando la razón a esas severas críticas que dicen que las infraestructuras de escalada deportiva tienden a crecer ilimitadamente y sin control). Otra lectura positiva que podemos hacer de esta medida es que de alguna manera se está reconociendo lo que ya tenemos: “zona de escalada de Cuenca”, leemos en la cartelería de “normas de uso y comportamiento” que financió la Asociación.

Placa de regulación de las hoces de Cuenca.
Placa de regulación de las hoces de Cuenca.

¿Qué porcentaje de vías se cierran cada temporada?

Si te soy sincero, no lo sé, va sobre la marcha y en función de los nidos activos que encontramos o de los que nos informan otros escaladores. La idea es tener placas de regulación fijas en el pie de la vía (ahorrándonos trabajo) en la que se haya detectado nidificación todos los años, como grandes fisuras o huecos querenciosos para algunas rapaces nocturnas que repiten todos los años en el mismo nido. Estas rutas se cierran temporalmente (dependiendo de la especie) con una placa donde aparecen los logos de Escalada Sostenible y del Colectivo Escaladores Cuenca, estando supervisadas en ocasiones por los agentes medioambientales. En caso de no cumplimiento por parte de los escaladores, además de las sanciones oportunas, se corre el riesgo de que una regulación parcial de una o varias vías se convierta en una prohibición total de todo un sector. Este trabajo de “hormiguita” que realizamos jamás lo podría desarrollar la Administración y sería más generalista a la hora de cerrar grupos de vías o sectores.

También la Federación (por todo lo explicado anteriormente), legitimada por la Administración ambiental, puede optar por el desequipamiento total de una ruta en el caso de no cumplimiento de la regulación temporal. Únicamente hemos tenido problemas puntuales en varias vías en donde alguna placa de regulación ha desaparecido, por lo que la Federación, apoyada por ES y el colectivo local, ha actuado desequipando temporalmente algunos seguros de la misma para no comprometer la reproducción de estas aves. Es muy importante comprender que es necesario apoyar y respetar estás regulaciones estacionales y no dudar en explicar esta idea a cualquiera que tenga dudas, teniendo claro que el escalador que no respeta una regulación temporal en una vía de escalada está perjudicando enormemente al colectivo de escaladores y perjudicando a las aves que intentan nidificar. 

¿Quién se encarga de la señalización?

Las placas de regulación las ha financiado Escalada Sostenible y las colocamos sobre el terreno voluntarios del colectivo local y miembros de la Federación de Montaña.

¿Cuál es el balance de la regulación tras este tiempo? ¿Se ha respetado, se han salvado nidos?

Por supuesto, se han salvado nidos como los que explicaba anteriormente, nidos históricos en los que antes el escalador alertaba con un esparadrapo en el pie de vía y ahora lo hacemos con estas placas informativas. También se han regulado algunas rutas en las que aparecen nidos “nuevos”, y se hace de forma dinámica con los avisos que nos dan los propios escaladores. Pero para mí hay otro hecho igual de importante además de lo anterior: la toma de conciencia del escalador, de dónde y cómo desarrollamos nuestra actividad, tener presente que generamos un impacto en el medio natural e intentar minimizarlo al máximo, que hay más especies de fauna silvestre habitando el entorno además de nosotras…

¿Cómo afecta la actividad de los escaladores a las aves? ¿Qué época es la crítica?

Hay que explicar e interiorizar la idea de que si un escalador o escaladora pasa o irrumpe por un itinerario que albergue un nido activo, con mucha probabilidad afectará de forma muy negativa al mismo, provocando la huida del ave que en ese momento se encuentra incubando esos huevos, con lo que la temperatura de estos bajará drásticamente y se perderán. Las consecuencias son nefastas: la pareja de aves no sacará sus polluelos adelante con lo que la especie se verá mermada, y si hablamos de especies de aves catalogadas o amenazadas, ya os podéis imaginar lo que supone. La fecha crítica donde debemos extremar la precaución se extiende de enero hasta julio, siendo en estos meses donde regulamos las rutas con posible nidificación.

Si detectas un nido activo en una vía no vaciles, bájate, retira los seguros que te sea posible e informa al grupo local o a Escalada sostenible. Esta actuación también te engrandece como escalador, no te resta fanatismo y todos te lo agradeceremos. 

Dani y Pedro se encargan de la instalación de cajas nido en las hoces de Cuenca. Foto: Juanma León
Dani y Pedro se encargan de la instalación de cajas nido en las hoces de Cuenca. Foto: Juanma León

Las hoces de Cuenca están muy humanizadas, ¿qué otras actividades tienen repercusión sobre la fauna?

Es cierto que tanto la hoz del Júcar como la del Huécar están súper humanizadas, se practican multitud de deportes en ellas, hay pesca, están las huertas, viviendas, carreteras (atropello de fauna), tendidos eléctricos (un peligro potencial para las aves por electrocución o colisión) … Todas estas actividades tienen una repercusión sobre el ecosistema de las hoces, y también exigen una regulación. El Problema es que nuestro impacto se focaliza en la fauna silvestre (aves y plantas rupícolas) mientras que, por ejemplo, un corredor de montaña o la BTT lo que provoca es una erosión del terreno entre otras cosas. Hemos de ser conscientes y actuar en consecuencia. No existe una situación de masificación en Cuenca (aunque algunos fines de semana haya un gran ambiente en las hoces). Me viene a la memoria el problema que surgió en Margalef (Tarragona) cuando el municipio pasó por problemas muy serios de generación de residuos, heces y de abastecimiento de agua (servicios básicos afectados) debido a la masificación de escaladores que se dio en sus años dorados, situación que derivó en su momento en regular ciertos aparcamientos y otros lugares de la zona (con lo que disminuyeron sus visitantes). En Cuenca no ha pasado nada parecido. 

¿Qué puede ocurrir si no se respetan las regulaciones?

Las consecuencias son evidentes, tanto aquí como en cualquier otra zona de escalada: una Administración que no sea capaz de regular (por diversos motivos) tenderá irremediablemente a extender la prohibición a todos aquellos lugares que no pueda controlar. Hay ya bastantes ejemplos. Por todo el país y debido tanto al incremento del número de escaladores como a la popularización del taladro y el parabolt, estamos equipando en multitud de espacios naturales de los cuales las administraciones no están al corriente, por este motivo y cada vez más habitualmente, nos llegan noticias de compañeros de otras zonas en donde la Administración les ha cerrado sectores enteros.

Pero dado la realidad actual de la escuela de Cuenca y algunas otras iniciativas desarrolladas por escaladores en otras zonas del país, que se dirigen a hacer compatible nuestro derecho a escalar en la naturaleza con la necesidad de conservar, podemos pensar que las regulaciones administrativas que vayan surgiendo van a estar encaminadas a esto mismo y no a prohibiciones. Esto es debido a que vamos tomando conciencia, entre otras cosas, de lo aquí expuesto y vamos empezando a entender algunas cuestiones que hace años eran innecesarias o de menor importancia. Los escaladores tradicionalmente hemos sido gente muy respetuosa con la naturaleza ya que en ella nos sentimos realizados como personas, deportistas y montañeros, desarrollando nuestra pasión en el medio natural, y así queremos seguir. ¿Por qué debería cambiar esta realidad?

Solicitud para equipamiento y reequipamiento en Cuenca