Un grupo de veteranos escaladores/equipadores canarios se une a nuestras filas y crean la delegación de Escalada Sostenible en Tenerife. Nada mejor que un resumen de su acta fundacional para conocer sus razones y objetivos; obviamente, los compartimos al 100 por cien.
Escalada Sostenible Tenerife es el resultado del convencimiento de que la unión hace la fuerza y de que los principios que nos inspiran y los objetivos que perseguimos responden a las mismas sensibilidades y problemáticas comunes existentes en nuestras zonas de escalada, Península y Canarias.
El crecimiento, expansión y desarrollo continuo de nuestro deporte en los últimos años han originado un número cada vez mayor de prohibiciones y regulaciones por parte de nuestra Administración, muchas veces desproporcionadas y a nuestro juicio carentes de fundamento.
No debemos olvidar que Tenerife cuenta con unos 43 espacios naturales protegidos, lo que supone casi la mitad (48%) de su territorio.
Aunque no nos guste asumirlo la percepción la Administración tiene del colectivo escalador no es todo lo positiva que desearíamos, y precisamente es ésta la tendencia que queremos invertir.
Por otro lado los conflictos cada vez más frecuentes que se generan entre los dueños de las fincas y zonas de paso para acceder a los sectores, así como el impacto cada vez más evidente que nuestro deporte genera sobre estos espacios, hace necesario que nos organicemos para dar un respuesta coherente, unificada y rigurosa a estas problemáticas. Debemos respetar para que nos respeten pero también protestar con argumentos, fuerza, razones y fundamentos.
Sin duda tenemos derechos como colectivo, pero también debemos asumir nuestras responsabilidades y, fundamentalmente, las que conciernen al mantenimiento, respeto y mejora de nuestro entorno natural, nuestra verdadera cancha de juego. Sólo constituyéndonos como una asociación, organizada, seria y unida seremos considerados como interlocutores frente a los estamentos y entidades que toman las decisiones y los dueños de fincas. Lejos de convertirnos en adversarios, debemos pasar a ser concebidos como aliados y colaboradores activos en la conservación del medio natural.
Debemos asumir la plena libertad y autonomía en las que hasta ahora desarrollábamos nuestra actividad han cambiado. Ahora somos muchos y con diferentes intereses y puntos de vista y no todos con el mismo grado de concienciación e implicación.
Es hora de actuar, es hora de organizarnos. Nuestro colectivo debe hacerse oír, pero también debemos abrir el debate y reflexionar sobre el modelo de relación que tenemos con nuestro entorno y el conjunto de buenas prácticas que debemos adquirir e instaurar entre todos.
Ahora es el momento.