Ante el aluvión de preguntas (por mail, por teléfono, en Facebook, en persona…) sobre la campaña de firmas que iniciamos la semana pasada, hemos decidido hacer publicas aquí vuestras preguntas e inquietudes junto con las respuestas que os hemos dado de forma individual.
¿El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama no tiene una normativa?
El Parque Nacional aún no cuenta con su normativa propia (Plan Rector de Uso y Gestión), por lo que, provisionalmente, se rige por las normativas de los antiguos espacios protegidos. Es decir, en La Pedriza se tiene en cuenta el PRUG del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, aprobado en 1987, y en Peñalara el del Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, de 2003.
¿Y qué dice esa normativa antigua con respecto a la escalada?
No es demasiado restrictiva en general, pero no debemos pasar por alto, por ejemplo, que la apertura de vías en La Pedriza está prohibida desde 1987, o que se prohíbe el uso del magnesio en las zonas protegidas…
¿Y por qué ahora tanto revuelo?
Ya se ha redactado el borrador del nuevo PRUG, el del Parque Nacional, y hay algunas cuestiones que no compartimos.
¿Quién ha participado en la redacción de ese documento?
Ese documento lo redacta el Parque y en él tiene en cuenta las alegaciones, sugerencias, reivindicaciones, exigencias… de muchos colectivos (ecologistas, ganaderos, cazadores, ciclistas, hosteleros, empresarios…) con intereses en el espacio natural.
¿Hubo representación escaladora?
Sí. Escalada Sostenible acudió a las dos reuniones a las que se nos convocó y presentamos alegaciones tanto a este borrador como a otra propuesta anterior. En las reuniones también asistieron entidades relacionadas con el mundo montañero y escalador, como la Federación Madrileña, el Club Peñalara, la Asociación de Guías…
¿Podemos consultar el borrador?
No, se trata de un documento interno que el Parque ha compartido con las asociaciones que han participado en la mesa del futuro PRUG.
¿Y no podemos saber nada de lo que dice?
En él se zonifica el Parque, estableciéndose algunas áreas en las que se prohibirá totalmente la escalada. Otras tendrán regulación temporal y/o serán completamente libres.
¿Afecta a sectores con muchas vías?
En algún caso, sí.
¿Y qué os parece a vosotros?
Nosotros estamos en contra de las prohibiciones absolutas, permanentes y no revisables, y más cuando se han establecido sin unos criterios estrictamente científicos y unos estudios serios. En cambio proponemos que en todas las zonas puedan establecerse regulaciones temporales que dependan de un seguimiento continuo de las especies por medio de los técnicos del Parque con la ayuda y colaboración del colectivo escalador. Es lo que se llama una regulación dinámica.
Hay conservacionistas que dicen que la regulación dinámica no siempre funciona.
Es posible, pero eso no lo sabremos hasta que no se ponga en práctica. Lo que sí sabemos es que en otros espacios protegidos, con una presión humana importante, como es el caso de Montserrat (Barcelona), sí ha funcionado y está funcionando. También somos conscientes de que para que funcione debe existir una voluntad grande por parte de la Administración y que ésta establezca los medios necesarios para que el seguimiento continuo de las especies pueda llevarse a cabo.
¿Y con respecto a la prohibición de equipar?
Nos gustaría que se permitieran nuevos equipamientos, regulados, eso sí.
¿Y no creéis que ya sobran vías?
Aquí cada uno tiene su opinión. Pero, por resumir: sí. Hay sectores saturados y vías que no solo no aportan nada sino que estropean las líneas vecinas e incluso todo un sector. Igualmente estamos convencidos de que “faltan” vías, de que podrían equiparse nuevas líneas muy interesantes y vanguardistas, de que podrían despejarse zonas masificadas y diversificar la afluencia a otras áreas, y de que esta posibilidad no debe cercenarse en el PRUG. Durante las reuniones surgió una propuesta interesante del ala conservacionista: la de permitir la creación de nuevas rutas a cambio del desmantelamiento de una línea “desafortunada”. También defendemos que el estilo de apertura/equipamiento de vías debe ser acorde al lugar donde se trace. Tanto la cuestión de determinar qué vías son interesantes y cuáles no, y qué estilo aplicar en cada zona es algo que, una vez aprobado el PRUG, la Administración debería delegar en el colectivo escalador, bien vía Federación, o por comités autónomos que cuenten con el apoyo y consenso del colectivo, tal y como actualmente se regula el equipamiento en las hoces de Cuenca, por poner un ejemplo.
Yo no firmo si no sé qué vías se van a prohibir.
Qué vías se van a prohibir o no no es lo que nos mueve a iniciar esta campaña. Nosotros pedimos firmas para que la prohibición que se establece en el borrador se convierta en una regulación dinámica, como ya hemos explicado. Creemos que esto es bueno para la escalada pero, sobre todo, para la conservación de las montañas.
¿No creéis que esta petición es un acto un tanto “agresivo”? ¿Habéis tenido algún desencuentro con los gestores del Parque o con otros colectivos que participaron en la redacción del borrador?
¡Nooo! Al revés, estamos muy agradecidos al Parque porque nos han llamado para asistir a dos de las reuniones y sabemos que han tenido muy en cuenta todas nuestras alegaciones. Al igual que con el resto de representantes de otros colectivos; todos han sido educados y todo se ha discutido con mucha flexibilidad y buena predisposición. Sentimos mucho que alguien se sienta molesto con nuestra campaña.
Para concluir: ¿por qué pedís mi firma?
Nos parece que es una forma legítima y objetiva de demostrar que nuestras alegaciones no parten de un grupo pequeño, sino que reflejan el sentir de un colectivo numeroso y cada vez más unido, concienciado y organizado.