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Ciudad Real, nueva delegación en La Mancha más salvaje.

Escalada Sostenible estrena una nueva delegación: otra región más en las que sus escaladores y equipadores se suman activamente al trabajo en pro de la conservación de sus paredes, sus líneas, y de la resolución de presentes y futuros problemas. En efecto, las altivas paredes de La Mancha de Ciudad Real, hoy siguen haciendo las delicias de nuestras ansias de roca.

A pesar de no estar en boca de la mayor parte de la comunidad escaladora, las escuelas de Ciudad Real podrían llegar a sorprender a más de un intrépido al encarar alguna de sus técnicas vías. Situada al sureste de la comunidad manchega, encontramos en Ciudad Real varias zonas de escalada que combinan en un equilibrio perfecto escalada de dificultad y bloque. Con Puertollano a la cabeza, 6 escuelas de escalada son las principales que podemos encontrar en su territorio.

Puertollano, considerada una de las mejores escuelas de escalada de la provincia, alberga un total de más de 60 vías dispuestas a lo largo de una muralla cuarcítica. Situada la más meridional de todas, encontramos en ella escalada técnica, con regletas sobre placa y algunos techos donde una depurada y fina técnica de pies será tu aliada en las vías más exigentes.

Sobre ella, y más al oeste encontramos la Puebla de Don Rodrigo; una escuela de idénticas características, con vías de escalda clásica y alguna de deportiva enmarcado en un ambiente mucho más agreste y rural.

Es en la zona noroeste donde se agrupan el resto de escuelas de escalda: Argamasilla de Alba, junto al embalse de Peñarroya en uno de los pocos afloramientos calcáreos de la zona; Moral de Calatrava, con un gran puñado de vías clásicas muy geométricas y disfrutonas; y Fuente el Fresno y Lagunas de Ruidera con algunos sectores y vías muy dispersas, en algún caso desequipadas, siendo recomendable consultar a los equipadores locales.

En vistas a su ubicación, muchas de las escuelas se han permitido el lujo de mantener siempre alejadas de las grandes masas. Pero el fervor por la escalada, su crecimiento exponencial y el traspaso de la resina a la roca sin control (como ha ocurrido en otras zonas de España) ha supuesto la aparición de conflictos entre los escaladores locales y los propietarios de algunas de las fincas privadas donde se localizan parte de estas escuelas. El equilibrio entre párabolts y fauna y flora también ha comenzado a tambalearse en algunos muros, destapando la necesidad de protegerlo de alguna forma, desde la propia comunidad escaladora.

Es así como nace la Delegación de Escalada Sostenible de Ciudad Real. Hoy hablamos con Fabián Fernández, uno de los escaladores de la zona y cabeza visible de Escalada Sostenible en Ciudad Real, quien nos cuenta qué fue lo que les llevó a querer formar parte de este proyecto:

¿Cuándo y cómo surge la idea de formar parte de Escalada Sostenible?

La idea surge tras reunirnos un grupo de personas con la administración para tratar sobre alguna prohibición que pesaba sobre alguna zona de escalada. Pese a la buena predisposición que encontramos por parte de los gestores públicos, entendimos que era difícil, de forma espontánea y desorganizada, colaborar con ellos y mostrarles las necesidades, derechos y obligaciones que teníamos la comunidad escaladora local; por lo que decidimos buscar un medio para tener una representación organizada legalmente. En este sentido Escalada Sostenible cumplía con nuestras expectativas.

¿Porqué sentís esa responsabilidad, ese compromiso de regular de alguna forma la escalada en vuestra comunidad?

Bueno, la mayoría de las personas que hemos decidido involucrarnos en el proyecto ya empezamos a “peinar canas”, y tenemos una perspectiva y una experiencia previa que nos dice que, o empezamos a organizarnos o acabaremos por perder las zonas de escalada que tanto nos ha costado desarrollar. Además, por nuestro perfil “conservacionista” entendemos que hay que mostrar también que nuestro “patio de recreo” se desarrolla en la naturaleza, y sentimos la obligación de difundir una práctica correcta de ésta que ayude en su conservación. Ciudad Real posee un gran patrimonio medioambiental y es nuestra responsabilidad regular la práctica de la escalada para preservar su entorno.

– ¿Cuáles son los principales problemas / la problemática principal que os habéis encontrado en los sectores o zonas reguladas?

Quizás la zona más conflictiva sea la que se ha generado en la escuela de escalada de la Puebla de Don Rodrigo, por problemas de nidificación, que es además la única zona de vías de varios largos de la provincia. También nos hemos encontrado problemas con fincas cinegéticas que todavía no ven con buenos ojos que entremos en sus terrenos para subirnos a sus rocas. El problema de las fincas privadas y el conflicto con la caza es uno de los principales focos de conflicto en Ciudad Real. En ese sentido, estamos dispuestos a dialogar y a negociar para compatibilizar dichos usos.

– ¿Dónde se puede decir que nació la comunidad escaladora en ciudad real?

El eslabón perdido probablemente fue algo bastante orgánico: algún espécimen que instintivamente se subía por las rocas y que se mezcló con algún visitante un tanto instruido en esto de la escalada al regresar de la universidad en Toledo o Madrid. Eso dejó los primeros restos arqueológicos que quedaron registrados en las duras cuarcitas de escuelas como Puertollano a base de romper buriladores (nos lo dice entre risas, pero el fundamento es verídico).

-¿Cómo ha sido su evolución hasta ahora?

Pues desde la más absoluta libertad y marginalidad de los primeros y aislados grupos de Puertollano, Ciudad Real o Valdepeñas, a los clubes con casi trescientos socios como el de Plafón en Ciudad Real. La escalada en Ciudad Real, es, valga la redundancia, una realidad muy presente, con el aumento de practicantes y escaladores. Es por ello que hemos de tomar conciencia de nuestro impacto potencial, organizarnos, para que nuestra actividad esté vista con buenos ojos y pueda evolucionar en el sentido que merece.

– ¿Habéis visto el mismo cambio en la escalada y otras actividades de montaña en Ciudad Real como en otras comunidades autónomas?

Sí. El cambio que en un inicio fue algo bastante lineal en cuanto a número de aficionados, ha pasado en los últimos cinco o seis años a convertirse en algo exponencial. El practicante ha pasado de llegar a la escalada como una evolución natural de su relación con la naturaleza y la montaña, a llegar directamente desde el asfalto y el gimnasio.

Fabián Fernández en las paredes de Alcandoras

– ¿Dónde habéis tenido mayor impacto?

Pues Ciudad Real no es que se distinga por poseer grandes escuelas de escalada. Las que hay no son demasiado grandes, Sin embargo, el aumento de la afluencia a las mismas ha sido algo más que evidente.

 – Ahora que estamos en el mismo barco… ¿Qué esperáis formando parte de este proyecto?

Que por fin hacer 9a sea algo democrático y que cualquier persona pueda hacerlo (más risas). No, en serio, pretendemos poder colaborar con la evolución lógica de la escalada, que no es otra que la de difundir unos valores de respeto y conservación del medio donde ésta se practica, y conseguir un espacio de mediación entre la comunidad escaladora, la administración y la propiedad de los terrenos donde se encuentran las escuelas. Y por supuesto…. ¡escalar mucho más y mejor!

Delegación de Escalada Sostenible Ciudad Real